CUERPO COMO EXPERIMENTO - LITERATURA COMO SALUD

Hay cuerpos que son atravesados como muñequitos de felpa y encarnan desconcertados devenires implacables, allí donde la voluntad nada sabe decir a tiempo, allí donde las respuestas son arrojadas a la cara antes de siquiera poder pronunciar las temblorosas preguntas. Devenires que en su irrupción violenta son acechados luego constantemente por palabras, elucubraciones, que intentan encastrarlos inútilmente en relaciones causa-efecto, 'si p entonces q', 'y no podría ser de otra manera debido a las determinaciones sociales-psicológicas-culturales'... nuevos órganos emergen como tumores alrededor de todo ese flujo deseante, lacerando la piel vieja que a cada paso se tensa, y las palabras van y vienen pegándose a los dulces fluidos como moscas.
Y en el centro de toda esta subjetividad rota, remendada, al final el juego es un abandonarse, la salud un dejarse andar esquizo, andar poeta, militante, andar actriz, enamoradx, andares tontx, malx, alegrx, angustiadx, andar simplemente andar, con los ojitos brillosos, con la risa,
en el vaivén susurrado por todos esxs dramaturgxs incautxs y adorables que saben más del cuerpo que el cuerpo mismo, ese cuerpo solo que nada sabe, que nada sabe...

No me extrañes...


No me extrañes cuando revises las aulas
y vislumbres reverencias amoratadas de incomprensión
no me extrañes cuando toques tu pelo y descubras animales palaciegos que tardan en resignarse
no me extrañes cuando campo traviesa el hombre aparezca, cansado de trabajar y los algarrobales se tornen sombríos amenazados por el arma blanca
no me extrañes cuando mires el sepulcro de quienes aun oran con el alma arrobada y ceremoniosa
no, cuando construyas tu casa
y desalojes mi ausencia por descarnada.

No me extrañes, no lo harás, cuando tengas un tendal de percusionistas en tu pecho.
Cuando el frío entre estaré recostada en tu espalda con mi canción tediosa
jugando a ser invisible
toda vez que el reloj suene su alarma.

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