Ahí va doña Esperanza
con la bata enclenque
nadie cree
que haya existido
alguna vez
hombre que la tome
ni por sorpresa
doña Esperanza
teme a los hombres
esos que bailan con las cabezas
usan sus piernas
sólo para marcharse lejos
canta sola
la doña
que es cómo más linda se la ve,
si no conoce la desgracia
de andar esperando la Esperanza
florece
de dulce espesura
el tibio monte de su frente.
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